9.7.08
Bukowski
La foto es de una muñeca real. Se llama "Sexual doll" y en el sitio del que levanté la foto decía al pie: "Son de silicona, tienen esqueleto metálico y llevan pelo natural, son los nuevos 'juguetes' sexuales de vanguardia creados en Japón". Además de ésto, en la parte superior de ese sitio proclamaban ufanos que se adherían al Manifiesto por la lengua común.
A continuación un fragmento de "La máquina de follar" de Charles Bukowski:
"(…) El paquete llegó al cabo de unas tres semanas. fue bastante embarazoso porque yo no tenía bomba de bicicleta, y me puse muy caliente cuando saqué todo aquello del paquete. tuve que bajar a la gasolinera de la esquina y utilizar la bomba de aire.
Hinchada tenía mejor pinta. grandes tetas, un culo. inmenso.
-¿Qué es eso que tiene ahí, amigo? -me preguntó el de la gasolinera.
-Oiga, oiga, yo le he pedido prestado un poco de aire. Soy un buen cliente, ¿no?
-Bueno, bueno, puede coger el aire. Pero es que no puedo evitar la curiosidad... ¿qué tiene ahí?
-¡Vamos, déjeme en paz! -dije.
-¡DIOS MIO! ¡qué TETAS! ¡mire, mire!
-¡Ya las veo, imbécil!
Le dejé con la lengua fuera, me eché el chisme al hombro y volví a casa. me metí en el dormitorio.
Aún estaba por plantearse la gran cuestión...
Abrí las piernas buscando algún tipo de abertura. Von B. no lo había hecho mal del todo.
Me eché encima y empecé a besar aquella boca de goma. de cuando en cuando echaba mano a una de las gigantescas tetas de goma y la chupaba. Le había puesto una peluca amarilla y me había frotado con la poción de amor toda la polla. No hizo falta mucha poción de amor, con la del tarro habría para un año. La besé apasionadamente detrás de las orejas, le metí el dedo en el culo y le di sin parar. Luego la dejé, di un salto, le encadené los brazos a la espalda, con el candadito y la llave, y le azoté el culo de lo lindo con los látigos.
¡Dios mío, voy a volverme loco! pensé.
Después de azotarla bien, volví a metérsela. follé y follé. Era más bien aburrido, la verdad. Imaginé perros follando con gatas; imaginé dos personas follando en el aire mientras caían de un rascacielos. Imaginé un coño grande como un pulpo, reptando hacia mí, apestoso, anhelante de orgasmo. Recordé todas las bragas, rodillas, piernas, tetas y coños que había visto. La goma sudaba; yo sudaba.
-¡Te amo, querida! -susurré jadeante en sus oídos de goma. (…)".
Toda aquellos amigos o conocidos a los que alguna vez les entusiasmó Bukowski levantan la ceja cuando les digo que me sigue pareciendo un grande como el primer día. No sólo un provocador, un tipo singular o un personaje irrepetible, sino uno de los grandes, un gran escritor, vaya. Deben creer que, por pensar así, no he aprendido nada a pesar de los miles de páginas que he devorado en estos años. Tal vez sea cierto.
Mi relación con Bukowski ha sido como la de los astronautas con las reservas de aire. Lo descubrí hace años. El apologista que me lo presentó era un pintor del Cabanyal y un gran bebedor de vino (nunca descubrí si fue antes el huevo o la gallina; es decir, si se hizo un gran bebedor después de leerlo o si le gustó tanto porque ya lo era). En cualquier caso el pintor era un bebedor de los de verdad, de los que beben a cualquier hora del día, de la tarde o de la noche con cualquier coartada. De los que organizan una orgía alrededor de una botella y si no les sale bien al menos se van a casa cocidos y contentos.
Leí sus libros de forma compulsiva, me convertí yo también en un apologista —aunque no en un gran bebedor, en eso me quedé en la categoría de los del montón— y cuando llegué al décimo libro paré. Hice un ejercicio de contención, seguí una terapia de desintoxicación y decidí que el resto de sus libros me los dejaba por si llegaba a la edad adulta. Durante este largo periodo de abstinencia sólo me he permitido leer sus biografías, relecturas de relatos, algunos poemas o ensayos sobre él, pero lo otro, lo que de verdad me convulsiona, su prosa breve o larga por descubrir, me la guardo para cuando peine canas, si es que el destino reserva para mí semejante instrumento de seducción.
Unas semanas atrás releí "La máquina de follar" y me pareció aún mejor que la primera vez, hace muchos años.
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8 commenti:
Gran post, Forlati
Me cae bien...
Jo continue adorant-lo... igual no tant com quan era "més jove", però el continue tenint ahí... açó m´ha recordat que hi ha un valencianet que té des de fa tres anys el meu EL CAPITÁN SALIÓ A COMER Y LOS MARINEROS TOMARON EL BARCO, entre altres.
"Un borracho que estaba al otro extremo de la barra metió dinero en la máquina de discos y el esqueleto salió de detrás de la barra y caminó hasta la dama e hizo una reverencia. Dieron vueltas y vueltas."
de Música de cañerías, perquè és el que més a mà tinc. La máquina de follar deu estar en alguna caixa... tinc la majoria de llibres en caixes esperant setembre
"Si apostara por la humanidad
no ganaría en la vida"
Ese es todo el texto de su poema 'Segunda parte', y me encanta. También me he encontrado con la mirada a la que haces referencia en tu texto cuando he reivindicado a Bukowski a estas alturas (es como el rock, algo que muchos asumen en su juventud a pesar de que no lo sientan, para luego menospreciarlo en comparación con otros autores a los que tampoco entienden pero que se suponen los apropiados para su edad).
Bukowski es más que bebida y sexo, es el portavoz de los sin techo, de los que se encuentran bajo la suela de la sociedad bienpensante, de los esclavos de un sistema que no permite soñar a los que están más abajo ('Cartero', 'Hijo de Satanás'...). Y también el fotógrafo de la amoralidad y la hipocresía de nuestra sociedad, aspectos que encarnaba en su mismo alter ego, despreciable vengativo que se resarcía tratando mal a las mujeres de todos los años en que él fue despreciado ('Mujeres', 'Hollywood'...).
A mucha gente su obra no le parece agradable, pero no por ello deja de ser magnífica, y por supuesto real. Me vienen a la cabeza autores norteamericanos contemporáneos alabados por la crítica y ninguna de las obras que he leído de ellos me parece tan aplastante como ese 'Cartero' que escribió (si creemos lo que él contaba) en diez días.
Gracias por recordarme a Bukowski. Era imposible que no le gustara.
Yo me quedo con "La senda del perdedor", una especie de memorias muy particulares. Y con sus poemas. Es complicado lo que hace con ellos: alcanzar emociones con versos tan desnudos.
Angresola
Tur: Estic d'acort en vosté en tot. El cinisme com a instrument per a retratar el món en que vixqué, la mirada àcida a la societat benpensant, el retrat demoledor de l'hipocresia social. I conjugar tot això en les vivències més íntimes i en la nudea de q parla Angresola.
Hi ha dos autors que, sense aplegar a emocionar-me com ell, em transmeten sensacions molt semblants: el nortamericà John Fante i el marroquí Mohammed Chukri. "El pan desnudo" ben be podríem afirmar q és una novela paralela a "Cartero".
Àgueda: de lo q he llegit Música de cañerías crec q és el seu millor llibre de relats, el més redó.
Joder, qué grande es Bukowski. Hollywood es una revelación, la certeza de que nada era impostado. Una vida auténtica, sí señor.
Cuando lo descubrí comencé a caminar más erguido por la calle. Ya saben: "Cuidado, leo a Chinaski, soy un tipo duro".
Un estiu en un foro es va obrir el debat, arran d'un article de Marías, sobre un once ideal d'escriptors. Varem concloure que l'extrem esquerre, el Gorostiza, Garrincha i Best de la literatura, era Bukowski.
Gran post, gran bukowski. En serio no te hiciste bebedor profesional? yo soy el mejor cliente de jack daniels desde que leo a bukowski, buko para los amigos, kowski para los disléxicos.
Saludos! volveré por tu blog, y dejaré comentarios dejándome llevar por la embriaguez
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