23.3.10

Spring time.

Con exactitud matemática nos da la bienvenida la primavera. Aún se huelen en las calles los rescoldos de las fallas y hoy el sol se ha enseñorado allá arriba, poderoso, altivo. 

También he tenido la primera alergia primaveral: al trabajo. Tras unas cortas, intensas y placenteras vacaciones, hoy no había estimulo que me instalara en la rutina. Veremos qué sucede mañana. Y al otro. Y el de más allá.

La vida puede ser maravillosa. Demasiado como para privarte del tiempo destinado a trabajar más de lo justo, demasiado como para atenuarla con la sensación de que dedicas demasiadas horas a demasiadas patochadas que nada te aportan.

La vida también puede no tener nada de maravillosa. Aun así, mejor dedicar ese tiempo a inventar analgésicos.

Les dejo con Doña Concha Piquer: Y sin embargo te quiero.

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