Saviano

"Yahvé hizo llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego, destruyó estas ciudades y cuantos hombres había en ellas" (Gen.19:27'28).

¿Para qué les voy a engañar? No me gustaría ser el padre, el abuelo, el hermano, el novio, el amigo de un heroe. Ni tampoco de ese heroe que se llama Roberto Saviano. Este napolitano de 28 años ha desafiado al mundo con un libro en la mano. A su mundo y a parte del nuestro. Y por ello tiene el dudoso honor de vivir como Galileo, por poner un caso, perseguido, oculto, cargado de verdad y dignidad, pero prisionero de su cruzada por la justicia en un país, Italia, donde el poder de las mafias, de los políticos, de los jueces y de los empresarios entretejen una madeja donde devienen invisibles o silenciosas (para la mayoría) las fronteras entro lo lícito y lo ilícito. Sus rejas no se acaban en las calles de Nápoles. Porque la Camorra que le ha jurado vendetta llega hasta el fin del mundo. Eso denuncia en su libro.

Tal vez no les interese el mundo de la mafia o tengan cierto hartazgo sobre el tema. El libro de Saviano va más allá. Muestra cómo una sociedad democrática, occidental, europea, capitalista vive controlada por facciosos. Muestra cómo otras sociedades de reputado crédito democrático como Alemania también tiene lo suyo. Y al final muestra cómo la ambición por el poder y el dinero alcanza extremos siniestros. Es inevitable establecer paralelismos entre lo que pasa allí, con sangre, y lo que pasa aquí, sin ella. Por eso el libro es revelador más allá de la mafia. Porque permite comprender los mecanismos que mueven el mundo capitalista, su inmoralidad, su desvergüenza. Italia tiene la particularidad sangrienta de la Camorra, la Cosa Nostra… Pero en el fondo las pistolas no son más que el instrumento más sórdido y truculento de la extorsión. Que no es moco de pavo, claro. Sin embargo, durante muchas páginas del libro (las dedicadas a relatar el funcionamiento del Puerto de Nápoles, la producción textil ilegal, el tráfico de armas o el negocio de la construcción) Nápoles no es tan distinto a Valéncia. Aquí, al no haber cabezas de caballo en la cama de nadie, todo tiene una pátina de legalidad… pero sabemos que es falso, sabemos cómo funciona el puerto, sabemos de mil negocios ilegales consentidos y sabemos (qué decir al respecto) de la connivencia de políticos y empresarios para asfaltar y cimentar nuestra costa o para dilapidar nuestro patrimonio.

La gestión de los residuos es la parte más impactante del libro para mí, la traca final. Tal vez lo que me suena más lejano y sorprendente. Los delitos ecológicos siempre incorporan una faceta que no deja de sorprenderme. Ese tipo de delincuentes suelen ser católicos y defensores de la familia. Y sin embargo no sólo no piensan en el más allá, sino que no ven más allá de sus propias vidas, ajenos al futuro de sus hijos o nietos. Ven el mundo a corto plazo, el mundo para ellos dura lo que sus vidas. Y ni siquiera su propia sangre, su estirpe les mueve a una mínima reflexión.

Los clanes han convertido una inmensa parte del sur de Italia en un monumental vertedero incontrolado donde se apelmazan miles de toneladas de residuos tóxicos. Para tener una dimensión justa de su enajenación mental es preciso entender cómo han construído sus mansiones, cómo habitan, cómo crían a sus hijos y follan, como comen los domingos sobre un inmenso mantel de compost tóxico. Su ambición les ha llevado a destruir sin miramiento el propio escenario de sus fechorías.

Pese a todo "Gomorra" no es un gran libro. No está demasiado bien escrito (Vicè apela a que tal vez la traducción castellana deje que desear) y a menudo Saviano se enreda en laberínticas reflexiones y juicios morales de escasa entidad. Y aun así es un libro imprescindible para comprender realmente en qué mundo vivimos, atiborrado de documentación conseguida con sudor y lágrimas (y miedo). Es el libro de un heroe que decidió dejar de mirar a un lado. Un heroe que sabía que pondrían precio a su cabeza. Un heroe que decidió llegar donde no había sabido o había querido llegar la justicia. Un chaval de Nápoles que con su vespa y su coraje ha puesto contra las cuerdas un sistema de cosas que parecía inamovible (y que tal vez lo sea, sospecho que sí). Y lo ha hecho todo con este desafío a la omertà, con este libro entre las manos. Un monumento a la verdad, a la honradez, al altruísmo. Una heroicidad. No me gustaría ser el padre, el abuelo, el hermano… porque yo en realidad soy un cobarde, o estoy en tránsito de serlo. Y tipos como Saviano me ponen en evidencia. Como pasa casi siempre que admiramos a alguien, pero no estamos dispuestos al sacrificio que le llevó a ser admirable. Y nos buscamos coartadas para convivir con nuestras conciencias y con nuestra pereza.

Gomorra. Roberto Saviano. Debate. 328 pàgs.
Pista: Vicè.