El desnortamiento de la izquierda valenciana.
Cada vez me siento más distante de lo que se entiende por "la izquierda valenciana". Y más después de leer el autocomplaciente último post de Juan E. Tur. Reviso concienzudamente mis convicciones ideológicas y cada vez me siento más de izquierdas. Y sin embargo, crece el abismo. Debo ser yo el equivocado, evidentemente.
Leo perplejo en Canviem la realitat el anuncio de una noticia bomba: el supuesto intento del PP de boicotear la concentración "No a la corrupció. Camps dimissió". La prueba que se aporta del boicot es una nota dirigida por la Policia Local a la Delegación del Gobierno, un documento de una lógica aplastante: la concentración coincidía con los actos de la Festa del Corpus, la celebración más antigua de la ciudad de Valencia. Alguien podría argumentar que Salvem el Cabanyal también intentó boicotear la concentración contra la corrupción, pues ambos actos coincidían en la ciudad. O viceversa, porque si no me equivoco los conciertos Rock contra l'enderroc del Cabanyal se programaron con anterioridad. Evidentemente, la concentración se programó sabiendo que ese fin de semana se celebraba el Corpus, para conseguir mayor repercusión y poder además ejercer esa práctica que tanto nos gusta: el victimismo.
Al PP se la sudaba —disculpen la expresión— la concentración del Colectiu contra la corrupció. Sobre todo tras constatar en las últimas elecciones europeas que una mayoría de los valencianos no sólo no castigó los problemas legales del PP, sino que la distancia entre PPCV i PSPV creció bastantes puntos respecto a las última europeas.
Es poco creíble además que la iniciativa del Colectiu contra la corrupció surgiera al margen de ningún partido político. Basta con ver la pancarta que la encabezaba y a los que estaban detrás. Y si es cierto que fue así, los organizadores nunca debieron permitir que una ensalada de siglas monopolizara el protagonismo.
Al margen de estas cosas, estoy completamente de acuerdo en que la política española —y especialmente la valenciana— requiere de forma urgente un rearme ético y moral que devuelva al ciudadano la confianza en las instituciones y en la propia democracia. No me extenderé en ello, pero soy profundamente apocalíptico respecto al funcionamiento de la España democrática, básicamente por culpa de los dos grandes partidos que se han esforzado durante años en destruir una sociedad civil que con su compromiso y su articulación es la base de cualquier democracia, como sucede de forma excepcional en Catalunya. Sin duda PP y PSOE han mirado por sus intereses de partido durante décadas y no por la salud democrática del Estado.
En este contexto, entiendo, como la mayoría de ustedes, que la concentración del sábado no era una iniciativa contra la corrupción, sino contra el PP. Una iniciativa surgida a la izquierda del PSPV, ante la desesperada situación que vive este sector ideológico.
Dentro de lo honrado que pueda ser un político, creo que Camps lo es bastante y Rita Barberà —la político más en las antípodas de mi forma de entender la ideología y la vida que he conocido y creo que conoceré— lo es más aún. Rita no acabará en prisión, creo, por llenarse los bolsillos a costa de su cargo, aunque tal vez sí por todas las ilegalidades e inmoralidades que ha cometido durante su mandato, especialmente en El Cabanyal. No creo que sea honrado, obivamente, Carlos Fabra. Y desde luego el periodo en que Zaplana fue president de la GV representó, a mi entender, un clímax de corrupción difícilmente superable. No comprendo que la Audiencia no investigara nunca con luz y taquígrafos al de Benidorm ni tampoco que un tipo sórdido y siniestro como Fabra salga siempre bien parado de los juzgados.
La corrupción, sin embargo, no es patrimonio de la derecha. No me extenderé en lo que todos sabemos: ¿quién no conoce casos de corrupción flagrantes en el seno de los sindicatos o entre los enlaces sindicales de algunas empresas que miran exclusivamente por sus intereseses dando la espalda a sus compañeros? ¿quién no ha escuchado nunca algún caso de pactos entre sindicalistas y derechistas para arreglar oposiciones o plazas de trabajo en instituciones y empresas públicas?
Por todo ello, no puedo mirar más que con perplejidad concentraciones como las de sábado pasado. Me parecen un síntoma del desnortamiento absoluto en que vive instalada la izquierda valenciana desde que perdió la Generalitat Valenciana y que, sin duda, es el motivo por el cual la derecha lleva tantos años gobernando Valencia, una sociedad que, paradójicamente, sigue definiéndose ideológicamente y de forma mayoritaria de izquierdas.
Este tipo de iniciativas me parecen ridículas, sinceramente. Mero folclore para desviar la atención del único motivo por el cual el PP sigue gobernando Valencia: la incapacidad de la izquierda valenciana para ofrecer a la sociedad un proyecto ilusionante, coherente, sólido… y que conecte sentimental y simbólicamente con la inmensa mayoría de sus potenciales votantes.
Dicho todo esto, aclaro que yo no sería uno de esos potenciales votantes. Porque como ya he dicho en otras ocasiones jamás he votado ni —creo, porque nunca hay que decir de este agua no beberé— votaré a un partido centralista. Pero pienso que es un proceso imprescindible para la salud democrática de esta tierra y para nuestro propio progreso social.
5 commenti:
MarPop y yo estuvimos el otro día en la manifestación. Hablando a título particular, me invadió cierto sentimiento de tristeza:la gente concentrada era la de siempre, la que ya viene convencida de casa, por decirlo así, y el objetivo de la concetración (la crítica a la corrupción de Camps y etc.) quedaba solapada por banderas y sloganes que, a mi entender, no venían al caso. Y es en esos pequeños detalles donde creo que se abre el abismo entre la izquierda valenciana y los votantes. Porque yo no creo que aquí seamos más estúpidos que en otros lugares, y nos haga falta mirar hacia otras partes para darnos cuenta de nuestras carencias. Falta mucha más autocrítica por parte de la izquierda valenciana, pues parte de su pérdida de votos deriva de la dejadez y desconexión absoluta con las inquietudes de los votantes.
La coincidencia con la fiesta del Corpus tampoco creo que fuese un gran acierto.
Como curiosidad, y más allá del diseño medievalizante del fondo de la pancarta, la nota simbólica la pusieron las banderas que ACPV guarda en el OCCC. Ya vi una vez por casualidad cómo las sacan de allí para teñir de color algún acto.
Y olvida usté otro gran acto que tenía lugar ese día en la Pl de la Virgen: una performance convertida en guerra de almohadas!!!!!fue lo más chulo de toda la tarde, a que´sí, Niño??
Saluditos POP y chuiks plof plof zas (recordando aquellas almohadas y el resultado final: la plaza llena de plumones....)
Me cuentan que lo más terrible fue ver a una honorable ancianita tapándose los oídos y gritando ¡viva camps!
Inmejorable retrato de situación
Excel·lent anàlisi, però jo diria que ha estat vosté fins i tot massa fi. El nivell de patetisme és ja brutal.
Com bé sap, no sóc precisament un blaver devot, però el detall de les quatribarrades és un punt més d´allunyament de la realitat i dels pilars que la sostenen. És com maquiavelisme, però fet a l´inrevés. Tot un èxit. Jo dic que la manifestació la va convocar el PP.
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