
La escollera era un rincón de soñadores. También de malajes, de yonquis, de polvos furtivos, de escombros. No queda ni rastro, claro. Un largo espigón llegaba hasta el paretó que iba hasta el faro viejo. En algún tiempo, cuando yo era muy pequeño, entre el espigón i la gità (un islote natural dentro del puerto que hoy tampoco existe) había una barcaza varada donde servían sepia sobre papel de estraza, un sitio sucio y entrañable donde mi padre iba con los amigotes a ponerse las botas. Una vez nos llevó a mi madre, a mi abuela materna y a mí, que tenía 3 años. Y tengo el vivo recuerdo de la sepia sobre el papel de estraza sobre la mesa.
Pero hablábamos de la escollera. Algunas parte tenían una mínima playa entre las rocas y el mar y allí explorábamos cuevas y pasadizos donde escondíamos nuestros pequeños tesoros. Había malajes y también pescadores que sacaban gusanos de la arena. Tendríamos once años y más que prohibido aparecer por allí y por mil sitios más. Nos gustaba ir con N., un amigo mestizo payo-gitano, el más valiente y fuerte de la clase. Nos sentíamos seguros con él.
Yo practicaba mucho boxeo en aquel tiempo. Era de los que se pegaban por un quítame esas pajas. Mi padre me había dicho desde pequeño "no te pegues mai, pero si has de fer-ho, pega primer i pega fort, per a que l'atre no reaccione. I si és més fort que tú una genollada als collons. He vist caure redons a tios grans com el Micalet per un genollada en els collons". Coses que dien els pares d'aquell temps. Hui el durien a un tribunal de menors. Dit i fet, un día dejé ko a N. de un puñetazo en los morros y estuve una semana entera escondiéndome para que no me encontrara. Cuando lo hizo me disculpó i me ofreció una tregua. Lo cual fue un regalo inesperado, porque pensaba que me iba a matar. Literalmente. Llevaba navaja siempre.
Pero volvamos a la escollera. Además de la cueva del tesoro, durante años iba allí a sentarme con W2., tirábamos un sedal, o nosotros al agua en pelotas, fumábamos los primeros cigarrillos furtivos y soñábamos despiertos mirando el mar y fantaseando con invertir un día la mirada y ver a niños como nosotros sentados en una escollera, pero desde un barco. Soñar las cosas con demasiado ahínco puede llevar a que se conviertan en realidad. Unos años después ambos, juntos, nos embarcamos durante un año entero.
Siempre hablábamos de navegar. Cuando empezaba a hacer frío íbamos a su casa y escuchábamos canciones de mar: Bonet, Serrat, habaneras…
Hace unos años —antes de que el puerto cambiara completamente su fisonomía— volví con él al lugar de nuestros sueños. Me pidió que le acompañara para tirar allí las cenizas de su padre. A la commoción del momento, que cerramos con un sincero abrazo, se unió el recuerdo de nuestros sueños de adolescencia. No con nostalgia, sino con el extraño sabor de la sangre en el labio, con la rabia contenida de que aquellos sueños que nos unieron como hermanos ahora nos han separado sin retorno.
Él optó por decir un día que los sueños, sueños son, y yo me negué, egoistamente, a que lastrara con su resignación los míos. Quiero a W2 como siempre le quise, pero apenas le veo ya. Ambos nos miramos y tácitamente sabemos que la vida le moldeó aquellos sueños hasta dejarlos prácticamente irreconocibles. No lo verbalizamos. Sería inelegante, un dolor gratuito. ¿Qué falló? No falló nada. Las circustancias y la suerte. Es de una soberbia intolerable pensar que preservar los sueños es fruto de una determinación personal. Pero no deja de ser cierto que cuando se desea algo con firmeza, a veces sucede.
La vida es sueño, ya saben. Aunque a veces los sueños se conviertan en la primera víctima de la vida.
2 commenti:
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.
Sin sueños, sin frenesí, sin ilusión, sin sombras ni ficción...no hay vida, siga soñando sr Forlati.
Forlati vosté somie que lo que no puga ja ho faran altres, que els somnis també deixen de ser-ho quan els fan realitat la gent que ens estimem (i sí, mo se fa cara de gilipolles mentre veiem com ho fan i mosatros en l'escollera mirant, però els mirem amb els ulls contents).
Posta un commento