9.9.10

El poder del perro



El verano tiene rituales que hay que mantener sean cuáles sean las circunstancias: engancharse como una mona con un buen tocho es uno de ellos.

Si quieren leer El poder del perro, infórmense en otros blogs que les inciten con la venturas y desventuras de Art Keller, Nora, Callan, los Barrera, las FARC, la CIA, el FBI, los federales y México, mucho México. Drogas, tráfico, poder, amor. Un cóctel batido con maestría. Léanlo. Una obra colosal. Del libro no les digo más.

Sí del poder del perro. El mal que anida, en mayor o menor grado, en cualquier humano, que mengua o crece en función de la rueda de la fortuna. El literaturizable espacio entre los muros del maniqueísmo, del bien y del mal, y cómo las circustancias nos permiten o nos impiden convivir con nosotros mismos y nuestra conciencia. Cómo la felicidad se trunca o aparece con un detalle nimio. Cómo su búsqueda es una quimera sin sentido, donde toda la voluntad se evapora en detrimento de los guiños del destino.

El poder del perro, disfrazado de justa venganza, de ambición, de propósitos nobles, acaba despojándose de abalorios y telas de terciopelo y aparece en el peor momento. Trenes que pasan —y pasan pocos por aquella estación envuelta en sol y polvo— y pasan de largo en nombre de ideales estúpidos, abanderados con la mirada perdida de un can asesino. Vidas entregadas a causas huecas —casi todas lo son si se entrega una vida a ellas— mientras se aleja el tren y se le despide con los ojos idos.

Y el valor de la vida. Tan frágil y insignificante en la selva colombiana, en la frontera mejicana, donde el perro saliva mostrando una dentadura monstruosa. Tan frágil también en Occidente, donde la vida cobra valor en la consulta de un ambulatorio y no con los cañones de una recortada apuntado a la rodilla.

El poder del perro rabioso y cruel que todos llevamos dentro. En Sinaloa o en Almenara. En la mansión de El Sauzal o en la intimidad de una luz encendida a las 4 de la madrugada en una finca de la Calle de la Paz.

El poder del perro.
Don Winsow.
704 págs.


1 commento:

Anonimo ha detto...

A doscentes pàgines d'acabar el llibre, un parell de reflexions: El poder del perro donarà per a una fantàstica sèrie de tele. El poder del perro no és una bona novela. Té un estil descuidat i reiteratiu, un menyspreu perillós per la versemblança, una afició igualment punible pel lloc comú. L'edició de Mondadori és igualment discutible: no es poden permetre una errata greu cada trenta pàgines. És una excelent història, això sí, adictiva... pero en el centenar llarc de cadàvers que duc engolits fins ara, només una vegada m'ha colpit l'estratègia. No sé, de vegades desijava que l'haguera escrit Vargas Llosa. Ains.

Diafebus