25.1.09

Fontcuberta




La gente se hace adulta y sensata, esquivan volver a casa por la mañana y piensan en la felicidad de las pequeñas cosas que les da el día. Sin embargo hay quienes se resisten a perder el vínculo con la noche y aguzan el ingenio para dar una vuelta más de tuerca y disfrazarse de macarras tomando cervezas en un sórdido bar de timbre en la puerta mientras fuera se hace de día. Esperemos que eso algún día se acabe porque será el síntoma de que natura acaba reconduciendo las cosas a su sitio. Les hablo del Rincón del Artista: persiana metálica, 7 de la madrugada, en la esquina más pérfila del Paralel, junto al Bagdad. Les hablo de uno de los escenarios recurrentes de Bukowski para armar sus relatos. Les hablo de palabrería que no tiene freno, de jugar con fuego haciendo equilibrismo en el filo de la navaja. Ficción y realidad mezclados al ritmo de las cervezas.

Cuando se viaja hay que dormir poco y esbozar heroicidades contra el cansancio. Es mi rollo, al menos. 

Ayer Desficium y servidor tuvieron el placer de comer con Bar Torino en el Bar Ramon, escuchando jazz y con la emoción latente de aquel viejo proyecto sobre el que se cimentó nuestra amistad: Bartleby, empanadas al amanecer (pídanle, pídanle que les hable algun día de ello). Un placer fugaz e intenso. Ya sin el gran lector y mejor persona entre nosotros, vagamos de bodega en bodega hasta la noche, abrazados a los tercios y a nuestras palabras. Bodega Rafel. Otro lugar de culto para la lista. Y aparecieron Baydal y una encantadora Ana y muchos más. Le endosé una edición de lujo de Mario Puzzo de El Padrino y La Mamma que había comprado por la mañana por 3 euros. Tentados estuvimos de oficializar la cena como una Cretina Comèdia. A partir de dos cretinos, es Cretina. Pero creo que nos venció la pereza por encargar la crónica. Ya saben que Baydal és un discutidor encomiable. Discutimos y alzamos la voz para gozo de los presentes. Som gent de sanc calenta. Habrá otros días para que Desficium y él se conozcan mejor y disfruten mutuamente de lo mucho que tienen en común. La noche se alargó contra pronóstico y cuando marchábamos al cau. Fem-nos una última suele ser un eufemismo. De lo más peligroso. Una pena, porque seguro que el hombre de La vida vol excés se hubiera apuntado.

El Hidroxil, el Ibuprofeno y Joan Fontcuberta han obrado hoy el milagro de mantenerme en pie hasta ahorita mismo. La exposición de Barcelona que estará abierta hasta el próximo 8 de febrero parece hecha ex-professo para todos ustedes. Una reflexión espectacular sobre los límites de la ficción y la realidad.  De facto. Joan Fontcuberta 1982-2008 Anótenla. Magna, inmensa, tremenda.

Hace un rato volvíamos de cenar en Gracia. Con algunas personas imprescindibles de mi vida. Personas que se hacen adultas y sensatas, que esquivan volver a casa de día y piensan en la felicidad de las pequeñas cosas que les da el día. Lou estaba radiante. La madurez y la estabilidad la han hecho más guapa aún. Quería bailotear un poco, pero mis fuerzas no daban para más. El Llevant ha ganado en Las Palmas. En el balcón de casa una Senyera valenciana daba lustre a las fiestas de Sant Antoni, pero esta mañana una ventà se la había llevado. Hemos imaginado alborozados que esta noche caería sobre el césped del Camp Nou en medio del partido. Pero al volver a casa como por arte de magia, la Senyera había quedado enganchada a una pinza por fuera y la hemos recuperado. Mañana pasaremos por la Iglesia de Sant Antoni para encender una vela en agradecimiento al santo a que nos amparamos cuando perdemos algo. Perder y encontrar. Aún a riesgo de caer de nuevo en la bavosería, permítanme que les vuelva a repetir lo feliz que soy cada vez que me reencuentro con mi familia de aquí. Nunca les estaré bastante agradecido.

Me encantaría ser capaz de describirles qué siento las pocas veces que no hacemos nada especial juntos, más allá de compartir la alegría de mirarnos, tocarnos, besarnos. Tal vez ahí radique la quintaesencia del amor verdadero. No en hacer y sentir. Sino en estar y sentir. Incluso dejando que la memoria de lo que fuímos se desavanezca para que sólo queden los pelos de punta por la emoción de lo que somos. Me gusta poner en práctica este juego perceptivo. Me entusiasma poner en evidencia, íntimamente, que puedo amar sin memoria, sin argumentos y sin historia, que puedo amar sencillamente porque sí. Soy feliz. Amo.

(Foto: Astronauta de Fontcuberta)

6 commenti:

morena ha detto...

Amen

Besos

Vent d Cabylia ha detto...

Sereu cabrons... Una última!?!!? Està clar que cal acompanyar-te fins a la porta de casa per si un cas... Per cert, que nosaltres també vam sopar ahir a Gràcia amb uns altres valencians; ja notava jo alguna cosa especial en el barri. Li'n dec una a Desficium!

Vicè ha detto...

Excel·lent. Larry, es nota una influència bascombiana en les seues últimes cròniques. Gran enveja per no haver pogut assistir a eixa Cretina improvissada, de la que no exigiré cròniques però sí tots els detalls baix secret de sumari.

¡LLUEVE REVOLUCIÓN! ha detto...

Por supuesto que ahí está la quintaesencia del amor verdadero: la no necesidad de hacer nada especial, de dejarse llevar y sobre todo sentir, en los pequeños detalles que sólo esa persona y uno mismo apreciarían aunque sean perceptibles por todo el mundi...No olvidaré nunca un despertar en Graná en casa ajena, abrazados, cuando sonó de repente una musiquita de piano (no se emociona, sería un cd seguro...jajaja) de la finca contigua, y un rayito de sol se colaba por la rendija de la persiana en pleno mes de marzo.Imborrable, vaya, y sin proponérnoslo.

Muases de final de finde!Todos felices viéndole (leyéndole) feliz!

Un rincón apartado ha detto...

Excel·lent recomanació la de l'expo de Fontcuberta. Tinc a casa el catàleg d'una de fa uns anys i he de dir que és espectacular. Mostres com "Istochnikhov" o "El misterio de las sirenas" fan gala d'una habilitat i imaginació desbordants. Altament recomanabale...

See you later, alligators

Paula B ha detto...

Hello mate nicee post